©Archivo de la autora
Hace unos meses se publicaba la quinta novela de Susana Rodríguez Lezaun (Pamplona, 1967), Bajo la piel, un thriller con una protagonista de las que no se olvidan: Marcela Pieldelobo. Susana compagina su trabajo como periodista y escritora con el de ser, desde 2018, directora del festival Pamplona Negra.
Agradecemos que haya hecho un hueco en su agenda para hablarnos de su último trabajo.
Marta Pérez. Bajo la piel es tu quinta novela publicada, ¿te imaginabas haces unos años que esto pudiera ser posible?
Susana Rodríguez Lezaun. En absoluto. Si en 2014, incluso con mi primera novela terminada, alguien me hubiera dicho que hoy estaría aquí, con cinco novelas a las espaldas, un montón de proyectos y miles de lectores disfrutando de mis historias, sin duda le habría pedido que se dejara de bromas. Me considero una afortunada, haber tenido la posibilidad de publicar, llegar a los lectores y formar parte del mundo de la literatura me hace inmensamente feliz, y me esfuerzo cada día por estar a la altura de la confianza depositada en mí.
M. P. Cinco obras publicadas y todas novelas negras, ¿qué te ha llevado a escribir de este género?
S. R. L. Tengo que reconocer que nunca me he planteado escribir otro género, al menos hasta el momento. Por un lado creo que se debe a que es el tipo de literatura que más me gusta leer, aunque soy omnívora en cuanto a lecturas se refiere, pero por otro lado pienso que escribo novela negra por la enorme curiosidad que el ser humano despierta en mí. Somos criaturas muy peculiares, capaces de lo mejor y de lo peor, con una mente maquiavélica y malvada unas veces, y un corazón generoso y enorme otras. Me fascina esta dualidad, y cómo nos cargamos de razones para hacer lo que hacemos. Durante varios años trabajé en la sección de Tribunales y Sucesos de un periódico y tuve ocasión de conocer de primera mano muchas historias terribles, pero también a delincuentes que se valían de su inteligencia para engañar, robar o acosar. Me hacía muchas preguntas, casi más que el fiscal o la defensa, y aquí estoy. Cuando empecé a escribir, no me planteé seguir otro camino que este, y aquí sigo de momento.
M. P. Si hablamos de Bajo la piel, tenemos que hacerlo de su protagonista: Marcela Pieldelobo, cuéntanos quién y cómo es esta mujer.
S. R. L. Marcela Pieldelobo es una inspectora de la Policía Nacional destinada en Pamplona desde hace una década. Tiene un carácter un tanto hosco y antisocial, y cuando la conocemos no está pasando por su mejor momento: su exmarido está en la cárcel y su madre acaba de morir. Casi sin darse cuenta, se deja caer sobre el colchón emocional que ofrece el alcohol. Sin embargo, Marcela no está sola, tiene la suerte de contar a su alrededor con personas que la acompañan y la apoyan: el subinspector Bonachera, su compañero; Damen Andueza, su amante; y Antón, su amigo de Zugarramurdi. En Bajo la piel le toca investigar un caso muy duro en el que está implicada una poderosa familia navarra perteneciente al Opus Dei. Las puertas empiezan a cerrarse para Marcela, y ella está dispuesta a abrirlas de cualquier manera, cueste lo que cueste y caiga quien caiga, aunque la que caiga sea ella.
M. P. Marcela arrastra un pasado que le pesa como un lastre, parece un tópico pero todos construimos nuestra personalidad por las experiencias, ¿no es así?
S. R. L. Todos y cada uno de nosotros somos hoy el resultado de nuestra vida hasta este momento. Somos nuestras experiencias, nuestras vivencias. Las alegrías y los traumas nos marcan y modifican nuestro carácter y nuestro comportamiento. Aprendemos probando, y si las experiencias son malas, adecuaremos nuestro modo de vida para evitar el dolor que nos causan. Todos arrastramos un pasado cargado de losas más o menos pesadas: pérdidas, malas decisiones, problemas de todo tipo… Pero también alegrías, encuentros felices, momentos inolvidables… Es inevitable cambiar en función de nuestro pasado, todos lo hacemos, Marcela también.
M. P. En la literatura negra, cada vez es más frecuente encontrar a mujeres como protagonistas ostentando cargos de importancia en los distintos cuerpos de las fuerzas del orden, ¿esto es ficción o realidad?
S. R. L. Por suerte, esto es realidad, aunque faltan mujeres en los cargos más altos. No estoy segura, pero creo que no hay ninguna comisaria de policía, y las mujeres en altos cargos de la Guardia Civil, el ejército o cualquier cuerpo de Policía Municipal son una minoría. Ha aumentado el número de inspectoras, de tenientes, capitanas, jefas de brigada, criminólogas, criminalistas… y eso se refleja en la literatura. En mi caso, hay una mujer rodeada de hombres. Esa suele ser la realidad, pero se están dando pasos muy importantes y significativos para normalizar la presencia de la mujer en las fuerzas de seguridad y en sus altos cargos. Las mujeres somos parte activa de la sociedad, y eso debe reflejarse en todas sus facetas.
M. P. Aparte de una gran protagonista, ¿qué más se va a encontrar el lector en Bajo la piel?
S. R. L. Como he adelantado antes brevemente, Marcela Pieldelobo tendrá que enfrentarse a un caso realmente complicado. Un coche siniestrado, un rastro de sangre, un conductor que no aparece, un bebé abandonado… Y a partir de ahí, una trama que se enreda con la presencia de los más poderosos de la sociedad intentando por todos los medios que la investigación no les salpique.
M. P. ¿Por qué incluir el tema del Opus Dei en tu novela?
S. R. L. Porque una novela ambientada en Navarra y que habla de las élites del poder no puede obviar la presencia de la Obra en todas las esferas de la sociedad de esta comunidad. El Opus Dei es una presencia constante en Navarra desde hace mucho tiempo, son muy activos en áreas tan importantes como la sanidad, la educación, la comunicación, las infraestructuras, los servicios… Desde luego, su poder no es comparable hoy al que tenían en los años 70 y 80, al menos de manera palpable, pero siguen siendo una organización muy influyente, con mucho dinero y miembros estratégicamente colocados en los estamentos del poder, tanto a nivel local como autonómico y nacional. Si la novela negra debe estar pegada a la realidad, la realidad es esta.
M. P. Supongo que esta pregunta no es la primera, ni la última vez que la contestas. ¿Marcela ha venido para quedarse?
S. R. L. Esa es mi intención, sí, aunque la decisión final la tendrán los lectores, acudiendo a la librería o no. A mí me gustaría saber más de ella…
M. P. Como hemos dicho al inicio, esta es tu quinta publicación, ¿cómo ha sido tu evolución en tu faceta de escritora?
S. R. L. Creo que la evolución ha sido significativa y que está patente en las páginas de cada uno de mis libros, desde el primero hasta el último. Voy encontrando poco a poco mi voz, mi forma de escribir, el estilo en el que me siento yo, y debo reconocer que me cuesta encontrarme en los capítulos de mis primeros libros. Por eso, estoy inmensamente feliz de que HarperCollins, mi editorial, me haya dado la oportunidad de reescribir la trilogía de «Sin retorno» y adaptar la historia que tantas alegrías me ha dado a mi voz actual, al estilo en el que me encuentro más cómoda. El 3 de noviembre se publicará Sin retorno, unos meses después le seguirá Deudas del frío y terminaremos con Te veré esta noche. Es una oportunidad maravillosa para ofrecer a los lectores mis historias con mejor calidad. Espero sus comentarios…
M. P. Desde hace unos años, además, eres la encargada de dirigir el Festival Pamplona Negra, qué nos puedes contar de este festival y lo que conlleva su organización.
S. R. L. Este es un reto apasionante al que me lancé de cabeza en cuanto el anterior director y fundador del festival, Carlos Bassas, me lo propuso. Es un desafío pensar cada año nuevos temas con los que sorprender a un público muy exigente, que sale de su casa en pleno mes de enero para pasar la tarde rodeados de escritores, crímenes, cine y debates muy interesantes. Busco los autores que mejor encajan en la idea que planteamos y las actividades perfectas para complementar el programa. Por suerte, no estoy sola. Tengo un equipo de producción que es un apoyo imprescindible para que Pamplona Negra salga adelante y crezca cada año. Confiamos que en enero de 2022 podamos recuperar cierta normalidad y disfrutar al cien por cien del mundo negro-criminal que tanto nos gusta.
M. P. En este momento, hay una proliferación de festivales dedicados al género negro, se me vienen a la cabeza dos recién estrenados: Gata Negra y Blacklladolid. ¿Podríamos decir que la literatura, y más en concreto la de género negro, está pasando por un buen momento?
S. R. L. La verdad es que la proliferación de festivales de novela negra me parece una excelente noticia. Ante las voces críticas que hablan de burbuja, yo les recuerdo que el público de Gata Negra, por ejemplo, difícilmente irá a Getafe Negro, y que el público de Getafe no disfrutará de la programación de Barcelona. Es decir, cada festival tiene un público único que necesita que le lleven a su pueblo o ciudad a esos escritores que sólo conoce por sus obras. En mi opinión, hay exceso de otras cosas, pero no de festivales. Y todavía queda hueco en la geografía nacional para nuevos festivales, ahí lo dejo, por si alguien se anima.
Respecto al momento por el que atraviesa la literatura, al contrario que con los festivales, no creo que esté pasando por su mejor momento. Se publica muchísimo, se traduce muchísimo, y se lee menos, lo que es normal si tenemos en cuenta la enorme y durísima competencia que tienen los libros: la televisión, internet, las plataformas de series y películas… Se publica mucho, pero se vende mucho menos.
M. P. ¿Cómo te organizas para escribir?
S. R. L. ¡Como puedo! Yo tengo un trabajo aparte de la literatura, y además intento disfrutar de la vida, salir de casa, estar con la familia y los amigos, viajar un poco… Procuro ser disciplinada, establecer unas horas para trabajar, unas horas para escribir y terminar a una hora que me permita descansar, leer o salir un poco, pero no es fácil. El teléfono, los imprevistos, el cansancio o la falta de inspiración aparecen cuando menos te lo esperas. Pero no me quejo, tengo mucha capacidad de trabajo y una gran determinación, así que sigo adelante.
M. P. En cuanto a tu faceta lectora, ¿qué títulos y autores son tus referentes?
S. R. L. Realmente, leo de todo, aunque es cierto que la novela negra ocupa un lugar destacado en mis lecturas. Me gusta dejarme sorprender y acepto muchas sugerencias de amigos lectores. Gracias a eso he descubierto autores increíbles, como Elizabeth Strout, Maggie O’Farrell, Natsume Soseki o Graeme Macrae Burnet, por citar solo a los más recientes. En mi juventud me marcaron mucho Gabriel García Márquez, Máximo Gorki, Miguel Delibes y Pío Baroja. Sus historias y su forma de narrar me abrieron los ojos y la mente a un mundo desconocido para mí hasta ese momento. Sigo investigando, viajo con las páginas de los libros y me gusta dejarme sorprender. Esa es la magia de la literatura.
M. P. Por último y como no podía ser de otra forma, ¿nuevos proyectos a la vista?
S. R. L. Sólo puedo decir que sigo escribiendo. Creo que no es bueno hablar de proyectos hasta que no son una realidad, hay demasiados “por si acaso” en juego. Eso sí, mi intención es seguir escribiendo, lo que en sí mismo ya es un proyecto muy ambicioso.
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