La novia gitana, la sensación dentro del género del thriller cuando se publicó allá por 2018. Uno de esos libros que casi todo el mundo ha leído. Tal vez el éxito le llegó en parte por el misterio de quién se ocultaba realmente tras el pseudónimo de Carmen Mola, uno de los secretos literarios mejores guardados (hasta que llegó La Bestia, ganadora del Premio Planeta en 2021 y se desveló el pastel) o puede que fuese esta trama adictiva y con un componente un tanto macabro. Lo que sí que es cierto que La novia gitana se convirtió en un bombazo de ventas, tanto para los lectores asiduos como los más esporádicos.
Y claro, las expectativas estaban por las nubes. Sentía mucha curiosidad y llevaba tiempo ya con el libro en mis estanterías. Y a raíz de la emisión de la serie hace apenas unos meses, decidí que ya era hora de conocer a Elena Blanco y compañía, antes de verme avasallada por spoilers de esta (los mismos anuncios en la tele revelan más de lo deseado).
Conozcamos a la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento de la policía que se encarga de resolver los crímenes más difíciles e inusuales. Y a las manos de Elena le llega el último, ha aparecido muerta una joven, Susana Macaya, de padre gitano y madre paya, justo antes de su boda. El caso tiene semejanzas con otro que se cometió hace varios años atrás, y las conexiones entre ambos no tardarán en aparecer.
Uno de los rasgos más característicos de la serie es la crudeza de varias escenas, no aptas para estómagos sensibles. El modus operandi del asesino es bastante bestia, con momentos muy desagradables, con torturas y rituales escabrosos. Ya iba sobre aviso y el impacto fue menor, pero si eres sensible respecto a este tipo de situaciones, posiblemente este libro no sea para ti.
Elena es un personaje que me ha causado interés. Tiene un bagaje del que no se puede desprender. No voy a contar mucho más, prefiero que lo descubráis, pero lleva a hombros una carga que no la deja descansar en ningún momento, buscando esa verdad que parece esquivarla. Esto ha desencadenado en ciertos comportamientos que no son nada frecuentes de encontrar en otras novelas y que complementan la trama de forma acertada.
Respecto al estilo, tiene todos los ingredientes para ser un thriller adictivo: capítulos cortos, cambios de escenario, acción a raudales, un pasado tormentoso y un misterio inquietante. Se nota la mano de Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero, el trío detrás del pseudónimo, célebres guionistas de televisión.
Quizá como nota discordante añado el uso un tanto abusivo de clichés del género: policía con un pasado, la hacker, el novato, el poli malo, el guapetón y posible interés romántico de la prota, el jefe al que solo le preocupa ascender… El crimen en sí es original, pero el resto de elementos seguro que los has visto en otras historias si eres aficionado al thriller. Sin embargo, esto no quita que la novela dure un suspiro y sea imposible eso de decir “un capítulo más y lo dejo”.
La novia gitana marca el inicio de una saga protagonizada por la inspectora Blanco. Lo que en principio iba a ser una trilogía, ya va por su cuarto volumen, Las madres, publicado recientemente. Y manteniendo el éxito que cosechó en sus inicios, lo cual no es nada fácil. Próxima parada: La red púrpura.
Título: La novia gitana
Saga: Elena Blanco 1
Autora: Carmen Mola
Editorial: Alfaguara
Páginas: 408
Género: thriller
Fecha de publicación: mayo 2018