© Aurelio Martínez
Comienza la semana, pero este lunes es especial para mí. Luce un sol espléndido y en la estación de Atocha me espera una persona maravillosa. Una mujer con una sonrisa permanente, la escritora Ana Lena Rivera. Ante todo, agradecerle su recibimiento y su tiempo.
Ana Lena Rivera ha dejado de ser una promesa para pasar a la balda de indispensables, uno de esos autores a seguir y leer libro tras libro, como si se tratara del líder de una secta literaria. Apuesta segura siempre. Sabe recrear el desasosiego, la inquietud y hasta el pánico a través de personajes y situaciones.
Aunque aún sigue con la promoción de su último trabajo publicado, Los muertos no saben nadar, ya tiene fecha de publicación para su próxima novela que llevará el título de Las herederas de la Singer y se publicará bajo el sello de la editorial Grijalbo.
Mayte Expósito. Además de contar historias que emocionan al público, eres una excelente embajadora de Asturias. Con tus novelas, especialmente varias ciudades asturianas sirven de escenario para historias que traspasan fronteras y se dan a conocer desde un punto de vista diferente. Menos turístico, más íntimo, dándole el espacio que se merece en la literatura. ¿Continuará así o cambiamos de lugar?
Ana Lena Rivera. Siempre escribo sobre lugares que conozco y que despiertan emociones en mí, porque creo que es mucho más fácil que pueda trasportar al lector a lugares que tienen un significado para mí que a otros que no significan nada y mi objetivo siempre es que el lector sienta y viva lo mismo que los personajes de mis novelas, que no sea un mero espectador. Por eso aparecen lugares que están totalmente fuera del entorno más turístico. Lo mismo cuando muevo la acción a otros lugares, como por ejemplo en Un asesino en tu sombra que recorren Zúrich y a Copenhague. Describo aquello que conozco bien y no como una turista.
En la siguiente novela continuamos en Asturias, aunque una gran parte de la acción ocurre en un escenario que hasta ahora no ha aparecido: la cuenca minera asturiana, en concreto Turón, el pueblo donde nació mi padre. También hay una parte de la historia que transcurre en Madrid, ya tocaba también.
M. E. Ana, tus lectores te acusan de no dejarles dormir porque cuando empiezan a leer la serie de Gracia San Sebastián, no pueden parar hasta terminarla. ¿Cómo aprecias estos comentarios? ¿Qué significan para ti?
A. L. R. Ilusión, objetivo conseguido. Yo quiero devolver al mundo lo que las historias de otros autores me dieron a mí y las historias más especiales, las que más impactaron en mi vida, fueron aquellas que era incapaz de soltar.
M. E. ¿Tuviste mucho trabajo de documentación para conocer el funcionamiento de la Policía Nacional? ¿Nos puedes explicar los pasos que seguiste para obtener la información necesaria y así, crear una trama tan creíble?
A. L. R. El trabajo de documentación se complica muchas veces en el punto que menos te lo esperas. Daba por hecho que documentarme sobre el funcionamiento de la Policía iba a ser complicado para mí, aunque por suerte para mía ahora tengo lectores policías y guardias civiles que me echan un cable, pero otros temas que hacía sencillos me dieron mucho más trabajo de lo esperado. Un ejemplo fueron los modelos de barcos en Los muertos no saben nadar. Encontrar qué tipo de barcos eran necesarios para que pudiera ocurrir en ellos lo que ocurría, si podían atracar en el puerto de Gijón, en qué pantalanes, los modelos de hélice… Yo no sé nada de barcos y hubo un momento después de días buscando y buscando en el que no encontraba lo que necesitaba para que la historia pudiera suceder tal como la describo, tanto que tuve la tentación de decir: “Esto solo es un detalle tangencial al caso, ¿y si me invento un modelo de barco como el que necesito, aunque no exista?” Pero no me parecía honesto con los lectores, así que seguí y seguí y seguí y al final encontré los dos modelos reales que pudiendo atracar juntos en uno de los pantalanes (y solo en ese, ¡por los pelos!) del puerto de Gijón, que cumplían todos, absolutamente todos, los requisitos para que el crimen se desarrollara tal cual lo describo.
M. E. ¿Qué buscas en la literatura, en la que escribes y en la que lees?
A. L. R. Me gusta ver cómo los personajes se enfrentan a situaciones de la vida de forma diferente a como lo haría yo, me enriquece como persona, me da armas, me da visiones diferentes de la realidad y es lo que me gusta trasmitir, por eso busco siempre escenas reales y cotidianas y personajes cercanos, ni súper héroes ni personas llenas de traumas o excentricidades o cualidades que se salen de lo normal, como inteligencias extremas o vivencias terroríficas. Busco personajes con los que la mayoría de nosotros podamos identificarnos.
M. E. ¿Estamos preparados para sufrir hechos tan truculentos como los narrados en tus novelas?
A. L. R. A diario. Mis novelas son duras, pero no sórdidas. Cualquier telediario tiene imágenes más cruentas que las que yo describo porque evito centrarme en la atrocidad más allá de lo necesario para que el lector sepa perfectamente lo ocurrido, sin recrearnos en ello.
M. E. ¿Cómo defines un buen thriller en tus propios términos?
A. L. R. Ritmo ágil, escenarios reproducibles en mi mente, personajes creíbles cuyas motivaciones pueda comprender, tanto en los buenos como en los malos, sorpresas, miedo, alegría, horror y que nunca me hagan cerrar el libro porque la crueldad con la que se describe una escena sea tal que no pueda soportarla.
M. E. ¿Qué elementos son esenciales para ti?
A. L. R. Lo único esencial es que me entretenga, que quiera saber más de la historia que me están contando. Mientras eso ocurre, sigo leyendo. No hay más trucos.
M. E. Hoy en día, ¿podrías concebir tu vida sin la escritura?
A. L. R. Preferiría no tener que elegir. Si nada me lo impide escribiré mientras mi cabeza sea capaz de producir ideas.
M. E. Podríamos decir que eres una escritora en pleno proceso creativo y siempre buscas una escena perfecta para atrapar al lector. Que después de la publicación de tus tres libros protagonizados por la inspectora de fraudes financieros y actualmente colaboradora del cuerpo Nacional de Policía, nos vas a sorprender con una grata noticia: próximamente verá la luz tu nuevo trabajo. ¿Qué nos puedes contar? ¿Qué se va a encontrar el lector?
A. L. R. Es una novela con nuevas protagonistas que cuenta la historia de cuatro generaciones de mujeres de una misma familia a lo largo del siglo XX hasta la actualidad, sin caso policial, pero con el mismo ritmo e igual de trepidante.
M. E. ¿Cuándo y cómo surgió la idea de este nuevo proyecto?
A. L. R. No sé decir cuándo, pero sí que lleva mucho tiempo rondándome. Hay muchas historias familiares de aquellas que, cuando yo era niña, escuchaba a los adultos, algunas sin tapujos, otras envueltas en secretos, porque como yo era pequeña, pensaban que no los escuchaba o simplemente que no comprendía. Lo que sucede es que como ya no viven los que las contaban no sé si son exactas o no porque me nutro de lo que recuerdo que entendí cuando era niña. También hay vivencias, propias y ajenas. Es una historia en la que en cada escena ocurre algo, la acción no se detiene nunca.
M. E. ¿Puedes decirnos si te mantienes en el thriller psicológico?
A. L. R. No, en esta ocasión, no hay caso policial. Hay muertos, parece ser que no lo puedo evitar, 😊, pero no hay investigación.
M. E. Entenderás que estamos deseando poder disfrutarla, ¿hay fecha concertada de publicación?
A. L. R. Finales de febrero, principios de marzo.
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