Me ha vuelto a ocurrir. Ha sido abrir un libro de Ali Hazelwood (Italia) y devorarlo en unas horas. Me pregunto cuál es el poder adictivo que tiene sobre mí esta autora: tal vez sean sus personajes femeninos con garra, la presencia de la ciencia (soy persona de letras pero conversa, hice todo el instituto por la rama de ciencias y en ocasiones la echo de menos), las risas que me arranca o que me pilla con el corazón blandito y la historia de amor me parece adorable. El caso es La química del amor me duró un suspiro, tal y como me pasó con La hipótesis del amor. En el anterior lo achaque a un proceso febril que viví ese día, pero tras leer este segundo libro creo que la culpable es Ali y sus historias.
Los libros de esta autora son 100% independientes y autoconclusivos, pero todos comparten un nexo en común: el papel de la mujer en el mundo de la ciencia.
Aquí tenemos a Bee Königswasser. Le ofrecen codirigir un proyecto en la NASA. Ella se encargaría de la parte de la neurociencia, su especialidad. Es todo un paso adelante en su carrera, por lo que acepta sin dudarlo. Sin embargo, no todo iba a ser perfecto. La otra persona que está a cargo del proyecto es Levi Ward, su archienemigo de la universidad. Y ya os podréis imaginar lo que va a ocurrir en cuanto estos dos se junten.
El modelo a seguir de Bee ha sido siempre Marie Curie y todas las decisiones que toma las basa en la pregunta: «¿qué haría Marie Curie en esta situación?». Durante todo el libro, Bee nos va aportando datos y curiosidades de la primera ganadora del premio Nobel en una categoría científica, muchas de las cuales desconocía, con lo que ha enriquecido mi lectura aún más.
La narración nos viene dada de la mano de nuestra protagonista, con lo que tendremos contacto directo de todo lo que le ocurre y sus pensamientos, sean estos acertados o no. Me he divertido mucho con ella. La opinión de Levi mejor me la guardo y os dejo que la descubráis vosotros mismos.
Comparte varias similitudes con La hipótesis del amor, como los malentendidos entre los protagonistas, una mujer desprestigiada en el ámbito de la ciencia, el chico salvando los muebles o una habitación de hotel en la que pasan muchas cosas. Pese a esto, no creo que Ali nos haya contando la misma historia, aunque dicho así puede que lo parezca.
Por otro lado, también contiene dos momentos claves que eran bastante predecibles, pero más que molestarme estaba ansiosa de saber cómo iban a salir a la luz.
Y por último, lo que más destaco es la crítica que hace la escritora. Pone de manifiesto las trabas e injusticias a las que se enfrentan muchas mujeres en su día a día en el mundo científico, solo por ser mujeres, ya sean en forma de becas, a la hora de aspirar a un puesto mejor, dirigir un proyecto. Tristemente, la ciencia sigue siendo Nabolandia (la carcajada que solté al leer este término no tiene precio). Y admitámoslo, aunque estos prejuicios de que por ser chica es menos inteligente que un hombre poco a poco se van dejando de lado, aún hay mucho camino por recorrer.
La publicación de La teoría del amor, el último trabajo de Ali, está a la vuelta de la esquina. Hagan sus apuestas: ¿conseguiré dosificar un poco más la lectura? Muy pronto os lo contaré.
Título original: Love is in the Brain
Título: La química del amor
Autora: Ali Hazelwood
Traductora: Patricia Sebastián Hernández
Editorial: Contraluz Editorial
Páginas: 480
Género: novela romántica
Fecha de publicación: noviembre 2022