Cuarta entrega de la serie policíaca Harry McCoy, del autor escocés Alan Parks, titulada Muerte en abril, donde nos vuelve a conquistar con un sólido protagonista, una ambientación opresiva y una trama muy atractiva.
Glasgow, abril de 1974. Estalla una bomba en un apartamento, con un fallecido y las primeras indagaciones nos muestran que la víctima era quien estaba fabricando el artefacto. Con los atentados del IRA siempre en la mente de policías y políticos, lo primero es descartar que se trate de un atentado terrorista, por lo que McCoy es retirado del caso.
Mientras se descarta o no que el IRA tenga algo que ver, Harry ayudará a un norteamericano, cuyo hijo, un marine destinado a la base naval de Holy Loch, lleva desaparecido tres días.
Partiendo de este argumento y, por supuesto, sin que falten viejos conocidos como Stevie Cooper (un capo de la droga e íntimo amigo de McCoy), Harry navegará al filo de la ley, intentando descubrir dónde se halla el joven desaparecido.
Una de las cosas que más me gustan de esta saga es la ambientación. Y no solo porque la ciudad de Glasgow, su clima, sus colores grises, y esos barrios obreros por donde transcurre la acción sea el escenario perfecto para desarrollar la historia, sino porque nos remontamos a la década de los 70, sin móviles, sin tecnología. La investigación va a otro ritmo, hay que patear muchas calles para hablar con unos y otros y no hay un equipo de CSI detrás que se saque una prueba inverosímil de la manga para resolver el caso.
Por otro lado, me encanta nuestro protagonista. Y no es que no tenga algún cliché típico, porque a lo largo de las poco más de cuatrocientas páginas, no he podido llevar la cuenta de las pintas y los whiskys que se ha tomado. Pero su aversión a la sangre, ese pasado que le acerca más al lado oscuro de la ley, que al de los defensores de la misma, y ese afán de justicia que tiene, me parecen de lo más fascinante. Su eterno conflicto moral entre ser fiel a su amigo Cooper o comportarse como un policía y alejarse de su entorno, me parece que está muy conseguido y te mantiene en vilo dudando si se decantará hacia uno u otro lado.
La trama en esta ocasión es, si cabe, más oscuras que las anteriores y se irá complicando por momentos. Pero Parks sabe manejar el tempo muy bien y las últimas páginas he sido incapaz de soltar el libro.
Como todas las novelas pertenecientes a sagas policíacas, el caso es autoconclusivo, si bien, es interesante leer en orden para conocer ciertas cosas del pasado de los personajes y su evolución. Además, en esta ocasión el amigo Alan Parks nos deja un hilito suelto o, podríamos decir que dos, que nos harán terminar el libro con ganas de coger el quinto y ver qué nos depara el mes de mayo. Porque, para los que no conocéis la serie, Parks ha incluido en los títulos de sus novelas el nombre de un mes y en estricto orden cronológico. Solo toca esperar que llegue mayo, aunque mucho me temo que nos queden más de tres meses para que esto suceda.
Título original: The April Dead
Título: Muerte en abril
Serie: Harry McCoy 4
Autor: Alan Parks
Traductor: Juan Trejo
Editorial: Tusquets
Páginas: 411
Género: novela policíaca, novela negra
Fecha de publicación: enero 2022