Mary Cholmondeley (Inglaterra, 1859 – 1925) publicó en 1899 su obra más conocida Red Pottage, que 120 años más tarde llega a nuestro país de la mano de Nocturna Ediciones bajo el título Un guiso de lentejas. Este título tan peculiar hace referencia al pasaje bíblico en el que Esaú vendió su primogenitura a Jacob, su hermano, por un plato de lentejas, cuya moraleja tiene dos vertientes la de vender algo importante por una cosa de escaso valor, o la de aprovecharse de los demás ante un momento de necesidad. Quien lea esta novela se dará cuenta del motivo por el que la autora lo eligió.
Un guiso de lentejas es un ejemplo de novela feminista y nos cuenta la historia de dos mujeres que quieren emanciparse y, sobre todo, vivir su vida a su manera, manera que colisiona frontalmente con los roles que la sociedad de su época ha establecido para ellas. Quizá hoy en día no nos parezca algo muy rompedor y pensemos que tampoco es para tanto, pero si recordamos la fecha en la que se escribió la cosa cambia bastante.
Por un lado, tenemos a Hester que quiere ser escritora, su visión de la vida es tan especial que solo con la pluma en la mano consigue expresarse con acierto. Pero su hermano, el clérigo Gresley, le pondrá trabas a su creatividad pues se cree en posesión de la verdad absoluta y todo aquel que le contradiga se ganará su enemistad. La lucha de Hester por hacer lo que le gusta, aquello para lo que está capacitada, será una constante en nuestra historia.
La otra protagonista de la novela es Rachel West, una mujer fuerte, ahora convertida en una rica heredera, pero que ha probado las penurias de la pobreza. Rachel quiere casarse y lo quiere hacer por amor, pero un desengaño, sufrido años atrás cuando luchaba por salir adelante por su cuenta, hace que tenga recelos de los hombres y justo va a poner sus ojos en el más débil espécimen del sexo fuerte.
Este es el argumento que le sirve a Cholmondeley para hacer crítica de la sociedad que le tocó vivir. Ella era una mujer poco agraciada físicamente y que se vio obligada a cuidar de su madre enferma. Ambos factores le hicieron creer —acertadamente como se ha visto después, pues murió soltera— que nunca se casaría, por lo que usaba la escritura como vía de escape ante la monotonía de su vida.
Algunos de los momentos más brillantes de la obra los protagoniza el clérigo Gresley junto a su mujer. La ausencia de empatía en ambos personajes nos brindará situaciones que rayan la comicidad, aunque estas disten mucho de ser graciosas, pues a veces la insensibilidad hace más daño que un comportamiento cruel.
Si bien reconozco que Un guiso de lentejas es un gran ejemplo de lo que fue la literatura feminista del siglo XIX o inicios del XX, me parece una obra un tanto irregular. Alterna momentos muy brillantes con otros que se me hicieron un tanto pesados, lo que hace que mi valoración general no sea positiva al máximo.
Pese a esta pega, recomiendo su lectura, nunca viene mal recordar dónde estábamos hace un siglo, lo que hemos conseguido y lo que nos falta por lograr.
Título original: Red Pottage
Título: Un guiso de lentejas
Autora: Mary Cholmondeley
Traductor: Ricardo García Pérez
Editorial: Nocturna Ediciones
Páginas: 488
Género: clásicos
Fecha de publicación: marzo 2019