Poco bebo para lo mucho que tengo que tragar – Débora Castillo

Cuando empecé a ver por las redes opiniones sobre el debut literario de Débora Castillo (Barcelona, 1963), Poco bebo para lo mucho que tengo que tragar, todas coincidían en lo divertido que era. Así que, sin querer hacerme muchas ilusiones —ya sabemos que esto del sentido del humor es muy particular— me dispuse a leerlo esperando, al menos, sonreír de vez en cuando. Y os puedo asegurar que me lo he pasado pipa con él.

Es tremendamente divertido, gracioso, entretenido, fresco. Un libro ideal para estos días, bueno, para cualquier época del año, que con la que nos está cayendo, poder echarte unas risas está bastante infravalorado y es una terapia magnífica.

Poco bebo para lo mucho que tengo que tragar nos cuenta la historia de Claudia, una mujer que ha pasado la barrera de los cincuenta y vive una vida cómoda y muy, muy acomodada —en todos los sentidos—. Durante los últimos treinta años se ha dedicado a llevar su casa —con ayuda del servicio, que lo de limpiar, no era cosa suya claro está—, criar a sus hijos y acompañar a su marido a reuniones, fiestas y viajes, luciendo su mejor imagen.

Pero… su amantísimo esposo le anuncia de una forma tan fría como educada que ha conocido a otra persona —que podría ser su hija, la de ambos— y ella sobra en su vida. El mundo de Claudia se viene abajo. Jamás se le pasó por la cabeza que lo que dijo el cura de hasta que la muerte os separe era una frase hecha y no algo que podía no suceder.

Sin estudios, sin habilidades, sin amigos verdaderos en los que apoyarse, Claudia tendrá que reinventarse a sí misma, aprender a quererse por lo que es, y hacerse respetar por los demás. Menos mal que cuenta con Antonia, la mujer de la limpieza, para poner un poco de orden en su vida, y no me refiero precisamente al que requiere de escoba y fregona.

—Las mujeres tenemos la culpa de todo –matiza Antonia–, pero de todo, que para eso somos mujeres. Usted tiene la culpa de cumplir años, pero también la tiene de que los cumpla él, de que le salga barriga y se le caiga el pelo… Tenemos la culpa de todo lo feo desde el principio de los tiempos.

Con un estilo ligero y desenfadado, Débora nos dibuja a unos personajes con los que nos sentiremos identificados, a pesar de tener ese puntito de exageración que dé juego para que se produzcan las situaciones más disparatadas posibles. Sabe jugar con las acciones más cotidianas del día a día y darles la comicidad precisa para que nos arranquen una sonrisa o incluso nos hagan soltar una sonora carcajada.

Pero detrás de toda esta hilaridad, Débora aprovecha para reivindicar el valor de la mujer, muchas veces subestimada en su papel de ama de casa, y que quienes la juzgan con mayor dureza sean las propias mujeres. Con la escritora barcelonesa aprenderemos a conjugar la palabra sororidad y darle el uso apropiado: solo unidas podremos conseguir esa igualdad por la que llevamos años luchando y que aún está muy lejos de ser obtenida.

Las relaciones paternofiliales también tienen un espacio en esta novela, o más bien, deberíamos decir, la tiranización de la que algunos hijos se valen para someter a sus padres a todos sus caprichos sin dar nada a cambio y sí, exigiéndoles hasta ponerlos al límite de sus capacidades.

No puedo despedirme sin dedicarle unas palabras a Antonia, el alma del libro, esa persona que todos quisiéramos tener en nuestra vida y que le sirve a Débora Castillo para hablar del clasismo, del esnobismo que sigue aún muy presente en nuestros días. Una Antonia que querrías adoptar y achuchar, que le da un toque entrañable y a la vez una bofetada de realidad a la historia.

Poco bebo para lo mucho que tengo que tragar, 40 capítulos de diversión y reivindicación que harán que, por unas horas, todo a nuestro alrededor sea más llevadero.

Entrevista a Débora Castillo en IGTV 

Marta Pérez

Título: Poco bebo para lo mucho que tengo que tragar
Autora: Débora Castillo
Editorial: Ediciones Martínez Roca
Páginas: 360
Género: romántica, narrativa, chick-lit
Fecha de publicación: marzo 2021