Los héroes de verdad leen y otras perlas que aprendí leyendo a Jane Austen

Es una verdad universalmente conocida por todos los lectores que Jane Austen es una gran escritora, ya que sigue publicándose con denuedo más de 200 años después, aunque hay quien la mira con desdén como si sus historias fueran meras novelas de amor cursis y sin profundidad. Nada más lejos de la realidad.

Jane Austen trata temas universales, desde el crecimiento moral a la libertad femenina y añade uno de mis favoritos: la importancia de la lectura para formar el carácter. 

Hoy 16 de diciembre celebramos el 250 aniversario del nacimiento de Jane Austen y desde aquí me gustaría celebrarlo a lo grande y rendirle un homenaje. Al fin y al cabo sus historias nos hablan de emociones y sentimientos y esto es atemporal a pesar del paso del tiempo.

Como estudiante de filología inglesa, leí algunas de las novelas de Jane Austen en la universidad, pero este año con la excusa de la conmemoración, me he unido a un grupo de lectura para hacer un repaso a toda su obra, Un Año con Jane Austen. Y lo he disfrutado tanto que comparto algunas perlas que pescamos por el camino. Aunque no voy a resumirte cada obra, si te hablaré más de impresiones y de qué me llevo conmigo. 

Sentido y Sensibilidad

La primera novela de Jane Austen, escrita a los 19 años aunque revisada en años posteriores. 

Tras la muerte del señor Dashwood, su esposa y sus hijas deben trasladarse a un hogar más humilde pues el heredero y su mujer no las quieren en su casa. 

Dos hermanas muy diferentes entre sí, con ideas muy diferentes sobre el amor pero que aprenden a conocerse a sí mismas para encontrar al verdadero amor de sus vidas. Elinor (racional y razonable) deja de lado sus sentimientos para volcarse en su hermana, Marianne, mucho más emocional y ambas deben aprender a conocerse a sí mismas para vivir en el mundo de manera consciente.

Crecer como mensaje importante para las mujeres, antes de pensar en el matrimonio para encontrar realmente alguien que se adapte a sus necesidades y no ser un mero ornamento. 

Curiosamente hay una hermana menor, Margaret, que apenas aparece y es casi como la excusa para que Elinor y Marianne puedan irse durante tanto tiempo sin dejar sola a su madre.

Otro tema interesante en la dinámica familiar es como se adoran unas a otras y lo dispuestas que están todas ellas a sacrificarse por el bien de las demás.

Ya desde esta novela queda muy claro el poco poder que tienen las mujeres para decidir su destino, pero la madre de las Dashwood es una de las que da importancia a que sus hijas además de casarse bien, lo hagan con alguien que las quiera y las respete. Aunque el poder femenino está más bien limitado, Austen siempre busca resquicios para darselo (aunque sea poco) a las mujeres. 

Orgullo y Prejuicio

En Orgullo y Prejuicio seguimos las penurias de la familia Bennett para (bien) casar a sus hijas antes de que muera su padre y se queden sin el hogar que pasará a otro hombre, un primo lejano.

Jane sufrirá por su amor a Charles Bingley y Elizabeth mirará por encima del hombro a Fitzwilliam Darcy hasta que las circunstancias le hagan ver a Darcy por lo que es y no por lo que dicen sus palabras orgullosas. 

Orgullo y Prejuicio es la novela más conocida de Austen y la que tiene más adaptaciones de todo tipo. En este caso aprendemos de casi todos los personajes que las apariencias no son siempre lo que realmente es el personaje, que el orgullo nos puede llevar por mal camino pero siempre estamos a tiempo de reconocer errores y enmendarlos. 

Nadie es perfecto, pero si es responsable de su aprendizaje y aquí especialmente, Austen nos invita a aprender de nuestros errores y a enmendarnos para crecer. 

La Abadía de Northanger

Esta es quizás la novela más diferente de Austen, con una primera parte más costumbrista pero la segunda se atreve con una inteligente parodia de los romances góticos propios de la época e incluso llega a nombrar El Castillo de Udolfo como lectura compartida entre la protagonista y su amiga.

Catherine Morland es una muchacha corriente que deja correr la imaginación sobre las aventuras que lee en los libros. Cuando una de sus amigas la invita a su casa a pasar un tiempo, lo vivirá como una novela gótica y tratando de adivinar el secreto que se esconde en su hogar, descubrirá otros más feos y prosaicos. 

La lectura siempre es un elemento importante en las novelas de Austen: Cuando un hombre recomienda un libro o habla de lecturas con la protagonista, éste es el que vale la pena, aunque no lo parezca de entrada. En La Abadía de de Northanger ésta fue una de mis grandes epifanías. 

Mansfield Park

Fanny Price hija de una familia pobre con demasiada descendencia es invitada por sus tíos a vivir con ellos y sus dos primos con la condición que ya no vuelva a ver a sus padres. Casi siempre ninguneada, Fanny crece con una rectitud envidiable pero nada amistosa. Fanny es la protagonista menos admirada, y quizás tenga que ver con que es de las pocas que no coge un libro por voluntad propia, solo para leer a su tía. 

Es la novela que menos disfruté de las que están completas, porque no me creí la historia de amor de Fanny, que se pasa la novela siendo ninguneada y hasta nos escatima la declaración de amor al final. Pero sí admiro de Fanny su rectitud y el no aceptar a quien ella cree que no la merece a pesar de la amenaza de quedarse sola. 

En Mansfield Park, Austen hace una crítica feroz de la hipocresía de la sociedad, aunque es bastante benevolente con los personajes que de entrada parecen los villanos de la historia.

Emma

Emma es con diferencia, la más divertida. A ratos llega a parecer una comedia de enredos con tantos equívocos cruzados hasta que por fin, las cosas vuelven a su cauce.

Emma Woodhouse es la niña mimada de su comunidad, vive con su padre, un tanto hipocondríaco y ordena y manda a gusto hasta que llega a su pequeño pueblo Jane Fairfax una joven que podríamos considerar con su mismo estatus intelectual. Pero Emma la ningunea en favor de Harriet Smith, una joven un tanto simple que ayuda en el orfanato, tratando de conseguir a su amiga un marido fuera de sus posibilidades y a la vez, arruinando las posibilidades reales que tenía. 

De Emma aprendí a valorar los pequeños detalles, esos gestos que casi pasan desapercibidos pero que demuestran mucho más que los grandes gestos románticos. Y también, que amar es ver los fallos en la otra persona y amarla igualmente. 

Persuasión

Anne Eliott es la heroína de mayor edad de Austen (quizás con excepción de Lady Susan, que hay que debatir si es heroína o villana) pero en su juventud se dejó llevar por lo que opinaban los demás miembros de su familia y no se casó con el amor de su vida. Y de adulta debe decidir si una segunda oportunidad es lo mejor que puede ocurrirle o realmente prefiere otra cosa. 

La serenidad de Anne a lo largo de toda la historia, su aceptación y ser capaz de responder a sus sentimientos acaba convirtiendo a esta novela en tan satisfactoria.  Anne es de esos personajes que se queda contigo por su bondad y su paciencia, pero también por la entereza de su carácter. 

Lady Susan, Los Watson y Sanditon

Aunque Los Watson y Sanditon están inacabados y quedan muy desdibujados, Lady Susan fue todo un descubrimiento: una viuda antiheroína que manipula para conseguir sus deseos de volver a casarse ventajosamente y a la vez, casar a su hija. En una novela epistolar, Lady Susan revela sus deseos y sus intrigas a una amiga que la apoya, pero también cuenta parte de la verdad de cada uno de los personajes con los que va interaccionando y manipulando.

Los Watson son solo cinco capítulos, una novela incompleta, que Jane Austen dejó de escribir, probablemente a la muerte de su padre. Aunque varias versiones completas se han comercializado posteriormente, ninguna es de la propia Jane y el cambio se nota. Cuenta la historia de Emma, la más joven de cinco hermanos hijos de un clérigo viudo. Emma se ha criado con unos tíos más ricos, pero cuando el padre la reclama, vuelve a su hogar y se ven mucho las diferencias con sus hermanas, aunque con la mayor tiene cierta afinidad.

Sanditon es otra de las novelas que Austen dejó incompleta, esta vez debido a su propia enfermedad. Empieza con un accidente de carruaje de los Parker frente al hogar de los Heywood y, entre que hay que arreglar el carruaje y el pie del señor Parker, la pareja pasan una quincena con los Haywood hablando maravillas de Sanditon, dónde están preparando el pueblo para ser un paraíso turístico. Cuando se van, se llevan con ellos a una de las hijas, Charlotte pero pronto le seguirán el resto.

Estas últimas novelas, inconclusas y sin pulir también demuestran la gran capacidad de observación de Jane Austen y su crítica mordaz no carente de calidez y de humor. El humor es algo que Jane nunca perdió de vista y fue uno de sus grandes acompañantes que la ayudó a enfrentarse a la vida. Sus cartas están llenas de humor y de ironía y esto también traspasa a sus libros.

Jane Austen hace una crítica constante a la hipocresía, y sus llamadas de atención para mirar a las personas por lo que hacen, no por lo que dicen es uno de sus temas recurrentes. En este sentido, Darcy y Willoughby son dos caras opuestas. Austen propone una ética basada en la atención, la reflexión y el cambio pero de ésto solo se benefician los verdaderos héroes y heroínas de sus historias.

Las mujeres no tienen mucho poder en la sociedad de la época, pero cuando usan el poco que tienen, muchos las miran con recelo. Jane Austen juega con esta idea y trata de dar algo de poder a las mujeres, aunque sea exiguo. No obstante, también exige a sus personajes femeninos la capacidad de aceptar sus errores y corregirlos, ya sea Elizabeth, Emma o Marianne, todas son capaces de aceptar que se han equivocado y cambiar.

En definitiva, los héroes (y heroínas) de verdad leen libros y les gusta leer y hablan de libros con las personas que les interesan de verdad. Ésta es una de las mejores enseñanzas que puedes sacar de Jane Austen. Pero también que las mujeres encuentran resquicios de libertad en los momentos más encorsetados del patriarcado y pueden mantenerse firmes en sus convicciones aunque parezca que todo está perdido.

Leer y releer a Jane Austen siempre vale la pena. Este año y cualquiera es una buena excusa para ello. Sus temas y sus maneras de contar las historias son mucho más modernas de lo que puedas pensar antes de adentrarte en sus novelas.

Karen Holmes

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