Marrones y mazmoras, de Kristy Boyce (Ohio), llega como una novela juvenil cálida y bien calibrada que mezcla romance contemporáneo con la pasión por los juegos de rol. Tras la grata sorpresa que me supuso Dramones y mazmorras, sabía que iba a disfrutar como una enana con esta, y más con una historia de segundas oportunidades, pertenencia y el pequeño milagro de encontrar gente con la que encajas, tanto en la mesa de juego como fuera de ella.
La trama arranca con Quinn Norton, una adolescente que se ve obligada a empezar de cero al mudarse más cerca de su abuela, la escuela nueva y el distanciamiento con su antigua mejor amiga empujan a Quinn a buscar amistades en un lugar inesperado, un grupo de Dragones y mazmorras de su instituto. Ahí conoce a los hermanos Kashvi y Sanjiv, a Sloane y a Logan, el interés romántico que encenderá el núcleo sentimental del libro mientras que el grupo lidia con la regla no oficial de “no salir con miembros del equipo”. El conflicto entre la atracción y la lealtad del grupo, más las heridas por las experiencias pasadas, mueve la mayor parte del desarrollo narrativo.
La autora logra equilibrar el argumento romántico con escenas que celebran la cultura del rol, como las sesiones, la creación de personajes, la dinámica de las partidas y el trasfondo técnico de campañas y transmisiones en directo, con un grado de información adecuado para satisfacer tanto a quienes conocen el mundillo como quienes no están tan familiarizados. En comparación con el libro anterior, aquí se ofrece una inmersión más profunda en el juego y cómo las relaciones humanas se entrelazan con la ficción compartida de la campaña.
Los personajes están dibujados con cariño. Quinn es una protagonista creíble, vulnerable sin ser melodramática, y su arco pasa por reconstruir la confiaza perdida y aprender a reclamar su espacio. Logan funciona como el contrapeso romántico, un joven con matices que complementan a Quinn. La pareja se construye con paciencia y pequeños gestos más que con fuegos artificiales, lo que convierte la evolución sentimental en algo muy disfrutable. El resto de miembros del equipo aporta diversidad, humor y la sensación de que Boyce está escribiendo sobre amistades reales, con conflictos y reconciliaciones sin caer en tópicos. Y, por supuesto, no puedo olvidarme de la abuela, tan achuchable como lianta.
La ambientación es típicamente contemporánea, anclada en el instituto y en los espacios donde los jóvenes se reúnen, pero lo interesante es cómo la escritora logra que los pasajes del mundo ficticio de la campaña de D&D convivan en paralelo con lo cotidiano. La novela oscila entre la intimidad de las conversaciones por mensaje y las escenas alrededor de una mesa de juego, y esa alternancia le da ritmo y variedad. La relación de Quinn con su abuela aporta calidez y un poso emocional que evita que la historia dependa exclusivamente del romance.
En cuanto al estilo, Kristy escribe con sencillez eficaz. La novela dura un suspiro, apenas te das cuenta del paso de las páginas. Su prosa es directa, con diálogos ágiles y una voz adolescente auténtica. Cuando entra a describir la mecánica del juego lo hace con claridad, sin perderse en interminables reglas aburridas. Es cierto que yo apenas he tocado el mundo del rol y disfruto mucho más con otro tipo de juegos de mesa, pero me encanta ver ese puntito de frikismo en el que me veo reflejada.
Respecto a los temas, Marrones y mazmorras aborda la pertenencia, la confianza quebrada y recuperada, la negociación entre el yo y el grupo, y el modo en que la ficción compartida, al jugar en un mundo inventado, puede ayudar a reconfigurar identidades reales y forjar amistades duraderas y auténticas. El libro también nos habla sobre la responsabilidad emocional dentro de una comunidad y cómo las reglas no escritas sirven tanto para proteger como limitar. Tenemos una historia reparadora, donde el placer proviene de ver a personajes que se equivocan, hablan y poco a poco se eligen.
Este volumen forma parte de una colección llamada «Gaming and Romance», siendo una serie donde nos presentan romances contemporáneos ambientados en comunidades de jugadores. Aunque las novelas comparten universo temático y tono, son obras complementarias centradas en diferentes protagonistas, sin ser secuelas directas, por lo que no es necesario leerlos en orden. Ya está anunciada en inglés una tercera entrega para el segundo trimestre del próximo año, Rolls and Rivalry, pero le dejo el “marrón” a la traductora a la hora de adaptar el título, cosa que ha hecho de forma magistral con los dos que llevamos. Por mi parte, no dudaré en hacerme con él en cuanto esté publicado.
Título original: Dating and Dragons
Título: Marrones y mazmorras
Saga: Gaming Romance 2
Autora: Kristy Boyce
Traductora: Sara Bueno Carrero
Editorial: Fandom Books
Páginas: 288
Género: novela romántica, juvenil
Fecha de publicación: marzo 2025
