Nuevo trabajo de la escritora bilbaína Alaitz Leceaga que nos transporta al año de oro español, 1992, donde leyenda y realidad se mezclan y nos ofrecen La última princesa, el estreno por todo lo alto de la autora en el thriller.
Hasta ahora los trabajos de la autora, aunque tuvieran su puntito de intriga, se han caracterizado más por su fuerza narrativa, la construcción de una ambientación un tanto gótica y el añadido de un toque «mágico». Lo que sí comparte este último trabajo es que está protagonizado por una mujer fuerte y que los secretos familiares que aquí también tienen mucho peso.
Nora Cortázar trabaja en Lyon, en la Interpol, pero la llamada de su hermano anunciándole la muerte de su madre hace que tenga que regresar a su antiguo hogar, a Lemóniz, donde se tendrá que enfrentar a su pasado, entre otras cosas.
Quienes seguimos a Leceaga desde sus inicios estamos acostumbrados a que nos ofrezca historias donde la ambientación juegue un papel muy importante, y en este caso también lo hace. No solo la controvertida central nuclear tiene mucha relevancia en la trama, sino que todos los bosques que la rodean son el escenario perfecto para que el folclore vaya impregnándolo todo con su magia.
La protagonista, Nora Cortázar, tiene varios clichés que, últimamente, funcionan muy bien. Tiene asperger, por lo que su inteligencia por encima de la media y su personalidad obsesiva son dos de sus características más importantes. El resultado es un personaje fuerte pero vulnerable. Una luchadora que no lo ha tenido fácil en la vida y cuyo pasado la ha marcado convirtiéndola en ejemplo para muchos, pero muy odiada para otros.
En el momento en el que Nora pone el pie en Lemóniz se entera de que se acaba de cometer un asesinato y no duda en ofrecer ayuda a los agentes de la guardia civil encargados del caso. De esta manera veremos a esta mujer en acción, en una época en la que empezamos a conocer lo importante que es realizar un perfil del asesino para lograr capturarle y donde los móviles empezaban a ver la luz.
Pero Alaitz no se conforma con ofrecernos una investigación policial y poco a poco va integrando en su trama detalles de las leyendas de la zona de tal manera que al lector y a los propios personajes nos cuesta distinguir qué es cierto qué no.
Estando en los noventa y en el País Vasco imposible no hablar de la banda que estaba en boca de todos, temida por unos y apoyada por otros, ETA, esas siglas que aún siguen dándonos escalofríos es una constante en la trama. Esa sombra que acecha, esa presencia que infunde temor a los vecinos de esas poblaciones del norte. Pero no solo temen a la banda, la escritora nos muestra cómo también la guardia civil genera miedo entre la población. Por esos interrogatorios en los que se les iba la mano, en ocasiones, de manera irreversible.
Todos estos pequeños detalles que Leceaga desarrolla tan bien, hacen que La última princesa sea mucho más que un thriller de puro entretenimiento sin perder la esencia del género gracias a los capítulos cortos, un buen ritmo y los giros muchos y bien encajados hacen que la lectura sea ligera y te enganche hasta que llegas al desenlace.
El final cierra muchos frentes, los principales, pero hay otros que quedan por ahí sueltos, con lo cual no puedes evitar pensar en una segunda parte o que este haya sido el inicio de una serie protagonizada por Nora Cortázar.
Aunque me han gustado más otras novelas de la autora –que no dudo en recomendaros–, lo cierto es que su debut en el thriller nos muestra otra faceta más de la Alaitz que ha sabido solventar con muy buena nota.
Título: La última princesa
Autora: Alaitz Leceaga
Editorial: Planeta
Páginas: 385
Género: thriller
Fecha de publicación: junio 2025
