Con Blackwater IV: La guerra, Michael McDowell pisa el acelerador de su saga panatanosa y nos sumerge en la parte más sombría, y más humana, de esta historia multilgeneracional. Si en las entregas anteriores, La riada, El dique, La casa, los dramas familiares y los susurros sobrenaturales se entrelazaban como las raíces de un ciprés, aquí la tensión se vuelve más concreta, más política, más emocional y mucho más peligrosa.
Y sí, hay guerra, el título no nos miente. Aunque no estemos en el frente, la Segunda Guerra Mundial entra en la vida de los Caskey como una marea inevitable. Hijos que parten, cartas que no llegan, el miedo que se cuela por las rendijas. Pero también hay una guerra más íntima, silenciosa, doméstica y profundamente femenina. En La guerra se libran batallas entre madres e hijas, entre pasado y presente, entre lo que se oculta y lo que finalmente sale a la superficie. Y en el caso de Elinor, la eterna lucha contra su propia naturaleza y pasado reservado.
McDowell continúa su magistral disección del linaje Caskey, con sus alianzas frágiles, sus traiciones enterradas, sus personajes complejos que oscilan entre lo admirable y lo detestable. Elinor sigue envuelta en su misterio, cada vez más poderosa, cada vez más peligrosa. La sombra de Mary-Love sigue cubriéndolo todo e influenciando a sus parientes. La nueva generación va tomando forma, y con ella, nuevas heridas, nuevas venganzas y nuevas víctimas. Además, nuevos personajes se unen a este clan, formando nuevos lazos y ampliando el árbol genealógico.
Una de las virtudes del escritor es que el terror no llega como un susto fácil, sino que se filtra, se insinúa. En esta cuarta parte, los elementos sobrenaturales ganan presencia. Elinor se revela un poco más, el río murmura con más fuerza y las consecuencias de ciertos actos ya no pueden taparse con sonrisas y apariencias. El horror en esta saga es más emocional que explícito y esto lo hace aún más inquietante.
McDowell escribe con precisión quirúrgica. Su prosa no es barroca ni poética, es directa, limpia y eficaz, como quien cuenta una historia en voz baja alrededor de una hoguera. Pero esta aparente sencillez esconde un talento innato para construir atmósferas, diálogos vivos y personajes inolvidables. Su narrativa fluye con ritmo constante, sin caer en excesos. La tensión se dosifica con inteligencia. La ambientación sureña continúa siendo uno de los grandes logros de la novela, con ese aire denso, húmedo, casi claustrofóbico.
La guerra es un volumen de consolidación y preparación. No tiene la intensidad climática de La casa. Aquí se definen posiciones, se revelan fisuras y se plantan las semillas de tragedias futuras. Es la calma antes de la tormenta, aunque esta calma está cargada de electricidad emocional. La historia de los Caskey se vuelve más oscura y continuará en La fortuna, ya veremos si es literal o metafórica.
Título original: Blackwater IV: The War
Título: Blackwater IV: La guerra
Saga: Blackwater 4
Autor: Michael McDowell
Traductor: Albert Vitó
Editorial: Blackie Books
Páginas: 263
Género: terror
Fecha de publicación: marzo 2024
