En Cómplice, Steve Cavanagh nos vuelve a meter en la piel de Eddie Flynn, el exestafador reconvertido en abogado estrella, con un don para salirse con la suya en el tribunal, siempre bordeando el caos. Esta vez se enfrenta a uno de los casos más peliagudos de su carrera: defender a la esposa de un asesino en serie. ¿Ella es cómplice? ¿Sabía algo de las actividades de su marido? ¿Está siendo manipulada? Flynn no solo tendrá que luchar en la sala, sino también descubrir verdades incómodas fuera de ella. Y, como siempre en una novela de Cavanagh, nada es lo que parece.
En este thriller judicial de alto voltaje, el autor irlandés sube la apuesta: no solo pone en juego el destino de una clienta aparentemente indefendible, sino que también explora las zonas más oscuras del sistema judicial, los juicios mediáticos y la ambigüedad moral que tanto caracterizan su narrativa.
La premisa es tan sencilla como inquietante. Eddy Flynn debe defender a una mujer cuyo marido ha sido identificado como uno de los asesinos en serie más buscados del país. Cuando él desaparece y ella es arrestada como posible cómplice, comienza un juicio que va mucho más allá de lo legal: se convierte en un espectáculo público donde el prejuicio pesa tanto como las pruebas. Cavanagh aprovecha este contexto para poner el foco en los mecanismos del poder judicial americano, la influencia de los medios y los límites de la confianza.
Eddie es el alma de la serie, y en esta entrega lo encontramos tan ingenioso, impulsivo y éticamente complejo como siempre. El antiguo estafador convertido en abogado defensor tiene un talento natural para desentrañar mentiras, manipular narrativas y enfrentarse a gigantes con una mezcla de audacia y principios. Lo que hace tan atractivo a este personaje no es solo su inteligencia o su humor sarcástico, sino su firme –aunque a veces tambaleante– compromiso con la verdad y la justicia.
Como colofón, ha juntado un equipo con el que se complementa a la perfección. Harry Ford, el juez retirado que pone la calma y aporta escenas hilarantes. Denise, la solícita secretaria. Bloch, la investigadora que siempre quieres tener de tu lado. Y Kate Brooks, la última en llegar al bufete y una gran adquisición, socia de Flynn y abogada como él. Como viene siendo habitual en la saga, no solo tendrán que poner sus neuronas a pleno rendimiento y en sintonía para poder ganar el caso, sino que sus vidas se llevarán más de un sobresalto.
El estilo es ágil, directo y adictivo. Cavanagh escribe como quien lanza golpes de boxeo: cortos, rápidos y certeros. Alterna capítulos entre investigación, acción y juicio con una precisión quirúrgica. Su manejo del ritmo narrativo es espectacular, te dice lo justo, en el momento justo y luego te lanza al abismo con un giro que no viste venir. En cada libro pone de manifiesto su pasado como abogado: el conocimiento del sistema judicial se filtra en cada escena, pero lo hace sin tecnicismos ni pesadez. Aquí no hay páginas de relleno ni descripciones innecesarias. Cada línea empuja la historia hacia delante. Cada personaje, incluso los secundarios, está dibujado con claridad y propósito.
Desde aquí hago un llamamiento a la editorial para que rescate los libros iniciales de la serie. A nuestro país llegó con 13, el cuarto de la saga original pero el primero en España, y desde entonces han seguido con el resto de publicaciones, siendo Cómplice el cuarto. Necesito conocer al joven e inexperto Eddie para apreciar como se merece el hombre que se ha convertido ahora. La novela que sigue a esta ya está publicada en inglés y la siguiente se espera en un par de meses. Aún queda Flynn para rato y yo que me alegro.
Título original: The Accomplice
Título: Cómplice
Saga: Eddie Flynn 4
Autor: Steve Cavanagh
Traductor: Antonia Dueñas y Eduardo Iriarte
Editorial: Roca editorial
Páginas: 368
Género: thriller
Fecha de publicación: enero 2025
Marta entre libros 