Vuelve el fenómeno que ha puesto patas arriba el sector literario, tanto de forma positiva como negativa. Respecto a los pros, mucha gente ha descubierto el placer de leer, ha retomado el hobby o se ha enganchado a libros similares. Además abrió la veda de las ediciones decoradas en nuestro país. Pero también ha despertado lo peor del ser humano: reventas vergonzosas, la editorial no ha sabido manejar las expectativas (o tal vez el marketing les ha salido demasiado bien) y ha provocado un gran caos en librerías, tanto físicas como virtuales, o el absurdo debate de si esta historia es “fantasía de calidad” solo porque tiene alguna escena romántica o subida de tono.
Creo que con estas pistas ya sabéis a qué novela me refiero. Y sí, habéis acertado. Hablo de Alas de ónix, tercera parte de la saga de «Empíreo», escrito por Rebecca Yarros. Decidí tomármelo con calma, leyendo a pequeñas dosis (la espera del cuarto va a ser muuuy larga), y gracias a mis deberes como persona adulta he conseguido hacerlo, hasta que ha llegado el fin de semana y me he bebido más de medio libro.
Como siempre, esta reseña estará libre de spoilers en todo lo que pueda, pero resulta inevitable que algún detalle de los libros anteriores se escape. Así que si aún no los has leído, os recomiendo que paréis aquí, leedlos y luego volváis.
Tras casi dieciocho meses en el Colegio de Guerra Basgiath, nuestra protagonista, Violet Sorrengail, se encuentra en una encrucijada. Con enemigos acechando tanto fuera como dentro de las murallas, y con aliados cuya lealtad es cuestionable, Violet debe embarcarse en una misión más allá de las fronteras conocidas en busca de aliados que puedan cambiar el rumbo de la guerra. Esta travesía pondrá a prueba su ingenio, fortaleza y, sobre todo, su capacidad para proteger aquello que más ama: los dragones, su familia y… bueno, ya sabéis, ese alguien especial. Nuestros amigos tienen las vidas de todos los habitantes del Continente en sus manos. El nuevo adversario se está consolidando y tienen que descubrir la forma de acabar con ellos. Además, cierta dorada tiene una tarea que debe de cumplir.
Sorrengail continúa evolucionando de manera apabullante. De la joven insegura que conocimos en entregas anteriores, ahora emerge una líder decidida, aunque no exenta de dudas y temores. Se enfrenta desafíos que ponen a prueba no solo su destreza física y mágica, sino también su integridad moral y emocional. Los personajes secundarios aportan profundidad y matices a la trama. Desde aliados inesperados hasta antagonistas que nos harán cuestionar sus lealtades, cada uno juega un papel crucial en esta épica narrativa.
En este aspecto tengo que ponerle un pequeño “pero”. La cantidad de personajes que hay es abrumadora (asumo mi parte de culpa por no recordar Alas de sangre y Alas de hierro al detalle y no hacer relectura para refrescar la memoria), pero entre sus nombres propios, apellidos, sellos y dragones, la autora los usa de forma indistinta para referirse a ellos y es un poco caos.
Yarros tiene un estilo que es a la vez lírico y directo. Sus descripciones nos sumergen en un mundo vibrante y detallado, mientras que los diálogos ágiles y cargados de emoción mantienen el ritmo de la historia. La autora equilibra magistralmente la construcción del mundo con el desarrollo de los personajes, creando una experiencia de lectura envolvente. No le tiembla la mano a la hora de eliminar de la partida a personajes y provocarnos más de un susto con otros. Dosifica la información a lo largo de las casi 900 páginas que componen este tomo y es experta en dejarnos pegados a sus páginas con sorpresas y giros inesperados. Equilibra hábilmente momentos de intensa acción con pausas reflexivas, permitiendo que la historia fluya de manera natural, puede que esta sea la clave por la que permanecemos enganchados, ansiosos por descubrir qué sucederá a continuación.
Alas de ónix explora temas como la lealtad, el sacrificio y la búsqueda de la verdad. También aborda la complejidad de las relaciones humanas en tiempos de guerra, y cómo las decisiones difíciles pueden forjar o romper a una persona.
Rebecca ha creado un mundo complejo y lleno de matices. En este volumen, nos lleva más allá de las fronteras conocidas, presentando nuevas regiones con sus propias culturas, tradiciones y paisajes, planteando nuevos desafíos y oportunidades para los personajes. Respecto al sistema mágico, algunas de nuestras dudas quedan resueltas, pero plantea muchas otras incógnitas. Los dragones continúan siendo una parte integral de la historia, explorando más a fondo sus jerarquías, comportamientos y vínculos con los humanos.
La saga «Empíreo» tiene un je ne sais quoi que ha atraído a miles de lectores alrededor del mundo, volviéndolo tan adictivo que es difícil de explicar, pero que despierta mi yo más juvenil y me hace vivir estas aventuras como si estuviese presente en el mismo colegio que ellos (de ser así, creo que preferiría ser escriba, aunque eso de vincularse con un dragón es muy tentador). Fantasía, romance y acción se dan la mano en estas aventuras que estoy disfrutando como una enana y la espera del siguiente se me hará eterna.
Título original: Onyx Storm
Título: Alas de ónix
Saga: Empíreo 3
Autora: Rebecca Yarros
Traductores: María José Díez y Víctor Ruíz Aldana
Editorial: Planeta
Páginas: 896
Género: fantasía
Fecha de publicación: enero 2025

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