Nuevo trabajo de Selva Palacios (Madrid, 1987) y si os soy sincera no creo que sea capaz de transmitir lo mucho que me ha gustado. Es uno de esos casos en los que la reseña no va a llegar ni a la altura del betún, por mucho que lo intente.
Magnolia Blooms. El secreto de Jolene Baker es una novela que se adentra en los pliegues más íntimos de una vida marcada por una supuesta maldición y por una cadena de decisiones que oscilan entre la necesidad, la rebeldía y el deseo profundo de ser querida.
El libro arranca en un funeral. Josephine, Jo o Jolene, según la etapa de su vida, está rodeada por una familia fracturada y una comunidad que la ha visto transformarse mientras se despide de su último amor. Es allí donde le relata su vida a su nieto, que la escucha sin un juicio inmediato. En el pasado, la narración se despliega de manera lineal, desde su nacimiento en los Estados Unidos de los años cuarenta hasta el momento en que la muerte vuelve a llamar a su puerta en 2016. En ese recorrido extenso, marcado por huidas, amores fallidos y una lucha constante contra una maldición que asegura que nunca conocerá el éxito en el amor, se nos revelan los episodios que han modelado su identidad: pobreza, maternidad, decisiones precipitadas, encuentros determinantes y una férrea voluntad de seguir adelante incluso cuando el mundo se lo pone difícil.
La protagonista indiscutible es Jolene. Es un personaje de enorme magnetismo narrativo. Su voz en primera persona, íntima y a veces implacable consigo misma, la convierte en un retrato complejo de luces y sombras. Selva no intenta idealizarla, por momentos es egoísta, impulsiva, incluso injusta, y es precisamente esa falta de perfección la que la vuelve tan humana. A ratos resulta difícil empatizar con ella; en otros, su capacidad para levantarse pese al golpe más reciente la convierte en una figura admirable. Sus cinco hijos, en cambio, cargan sobre sus hombros el peso de las decisiones maternas y devuelven la mirada desde una mezcla de reproche, dolor y cansancio emocional. Solo uno permanece cerca de ella, como testimonio de que incluso en las relaciones más erosionadas puede existir un resquicio de afecto. Las parejas de Jolene son igualmente significativas, casi hitos en su recorrido vital. Son muy distintas entre sí, algunas la dañan, otras la sostienen momentáneamente, pero todas influyen en la mujer que llega al final del camino. Ninguna relación es gratuita, cada una funciona como un huracán que la empuja a reinventarse o a confirmar los temores que siempre ha llevado consigo.
La ambientación abarca un amplio arco temporal y geográfico, desde los años cuarenta hasta la década de 2010 en distintos escenarios de Estados Unidos. El pueblo natal de Jolene aparece teñido de estrechez social y emocional, un lugar en el que se aprende pronto el peso de los problemas. Más adelante, nos trasladamos a diferentes lugares, algunos más precarios que otros, hasta que por fin se asienta. Este ir y venir geográfico funciona como metáfora de la búsqueda de Jolene por encontrar un espacio donde no se sienta perseguida, ni por la maldición ni por su propia historia.
La prosa de Selva Palacios es marcadamente lírica, con un ritmo pausado que permite que cada recuerdo se desenvuelva con la cadencia de quien revuelve una vida entera desde un punto en el futuro que le permite analizar sus decisiones. La narración en primera persona acentúa el carácter confesional y nos convierte en una especie de testigo privilegiado, cercano al nieto que escucha la historia en el funeral. A pesar de lo que podría parecer una estructura previsible, pues conocemos desde el inicio dónde termina la vida de Jolene, la autora introduce giros constantes, intrigas y revelaciones inesperadas. Aunque sepamos detalles del presente, sorprende el camino, el cómo se llega, quién participa en esos eventos, qué se destruye y qué se reconstruye. Algunas de estas revelaciones caen como verdaderas bombas emocionales, imposibles de anticipar, lo que mantiene el enganche incluso en los tramos más reflexivos.
La novela aborda con profundidad el peso de la maldición como símbolo de la tendencia de Jolene a tropezar con los mismos patrones, así como la lucha por romperlos. El autodescubrimiento, la capacidad de sobreponerse a los inconvenientes, ya sean heredados, provocados o fortuitos, y la redención personal atraviesan cada etapa de su vida. También se explora la aceptación de la propia identidad, incluso cuando esta no coincide con lo que otros esperan de ella ni con lo que ella misma deseó ser. El libro invita a reflexionar sobre cómo se construye una vida desde los pedazos, cómo se sobrevive al propio pasado y cómo algunas heridas, aunque jamás cierren del todo, pueden transformarse en relatos que merecen ser contados.
Magnolia Blooms es un viaje emocional potente, narrando con sensibilidad una vida marcada por el amor, la pérdida y la persistente búsqueda de sentido. Selva Palacios entrega un retrato profundo de una mujer que, pese a estar rodeada de errores y consecuencias dolorosas, no deja de intentar rehacerse, una mujer de la que no me olvidaré en mucho mucho tiempo.
Título: Magnolia Blooms. El secreto de Jolene Baker
Autora: Selva Palacios
Editorial: Suma
Páginas: 426
Género: narrativa
Fecha de publicación: noviembre 2025
Marta entre libros 